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¡Hola, soy Marcela!
Soy psicóloga y coach familiar. Mi pasión es trabajar por el fortalecimiento de las relaciones familiares. Mi experiencia profesional y personal está basada en apoyar a personas, parejas y familias que estén interesadas en trabajar por su bienestar.
Cada persona me permite ver formas de vivir una nueva realidad. Gracias a esto, cada día aprendo a percibir y encontrar soluciones para empoderar a mis pacientes y que ellos se hagan responsables de su proyecto de vida.
Te cuento un poco de mis pasatiempos: me gusta disfrutar de la naturaleza y caminar en las mañanas. Aprovecho esos momentos para reflexionar acerca de mi trabajo, mi vida y cómo, proyectar mi plan de trabajo.
Tengo un esposo que se ha convertido en mi compañero de vida, con quien hemos crecido como personas y hemos alimentado una relación basada en el amor y el respeto. Soy madre de unos hijos encantadores, tengo una nuera excepcional y un nieto maravilloso.
Al igual que muchos de ustedes, he tenido retos en la vida, en los que pensé que no
encontraría una solución. A pesar de contar con el apoyo de mi familia, sentía que los
esfuerzos que realizaba por resolver la situación eran insuficientes y pensaba que necesitaba algo extraordinario. Por lo tanto, los resultados no eran acordes a lo que yo quería.
Hoy miro al pasado y veo que todo se solucionó de la mejor manera y que cada cosa que
ocurrió tuvo un propósito. Sin embargo, todo esto generó angustia, estrés y frustración en mí y en todas las personas que me rodeaban.
La pregunta es: ¿por qué tanta exigencia y por qué nada me parecía adecuado? Descubrí que estaba preocupada por agradarle a los demás, buscaba que estuvieran de acuerdo con mis decisiones y satisfacer sus expectativas. Esto es complicado y desgastante, lo que genera relaciones inconscientes.
¿Cómo no me di cuenta y permití que esto sucediera? Esto pasó cuando perdí mi horizonte. No me había dado la importancia ni el puesto que merezco. Había perdido mi luz, mi esencia y había dejado de soñar. Cuando no hay sueños, puedes perderte en medio de la multitud, pues si no hay sueños, no hay objetivos y si no hay objetivo, simplemente transcurre tu vida sin tener un norte claro.
Dejamos de lado el ser humano que somos y no nos reconocemos en medio del dolor y la angustia. Tampoco somos capaces de abrazarnos para que sintamos que estamos vivas y con deseos de más.
Esto ocasiona que tus días se conviertan en una rutina de apagar incendios
constantemente. Así sólo te sentirás fatigado y creerás que tu esfuerzo no vale la pena.
No es suficiente con ser excelente profesional, madre, esposa, hija y hermana si tú
realmente no te sientes como tal y te das la oportunidad de saborear cada rol que
desempeñas.
Hoy soy capaz de mirar cada etapa de mi vida y encontrar la grandeza de mis decisiones. Hoy me atrevo a decir que este reconocimiento de mí es mi mejor versión de todos los años. Cuando los sueños vienen y van, pongo a prueba mi conocimiento y mi experiencia para revelar la importancia de saber quién eres, a dónde quieres ir y con quién.